9/6/08

Diciembre de 1934

La noche en que vi la actuación del American Ballet:otra claudicación, otra abdicación. No puedo subir a un escenario, siempre a causa de un hombre.! Actuaciones individuales, no colectivas!.Contemplé la danza con deleite, y con inquietud y desespero.Todo el arte, toda la danza, toda la imaginación entregada al amor, todo para amar, amar. Se volvía, giraba como un disco, y en el centro del escenario, como si no pudiera detenerse.La tocó otra mujer, la abrazó, y siguió girando. Rueda y tierra, estrellas y ciclos, girando, reloj y ruedas girando. Un hombre la abrazó y ella se detuvo. En ese momento me disolví en una tristeza inexplicable que Rank advirtió sin mirarme.
Al día siguiente le pregunté sobre su infancia. Y, de pronto, empezó a contarme historias interminables.Luego se interrumpió llorando: "Nadie me lo había preguntado antes.Todo el tiempo tengo que escuchar a los demás....". Habló del muchacho travieso y soñador.Hucklebery Finn.Su esposa sólo ha sido capaz de cuidar del chico enfermo, del mismo modo que Hugh cuidó de la niña enferma que hay en mí.Pero estábamos solos.No teníamos a nadie con quien jugar.El niño alegre, el niño con inventiva, el niño animoso y salvaje, estaba solo.
Aquella noche, en la habitación del hotel Hartford, descubrí definitivamente nuestra común identidad.Dice que pienso como él.Adivino lo que va a decir.Capto tan rápidamente los sentimientos, las emociones y, del mismo modo, el sentido del éxtasis, la extravagancia, la reacción rápida, la visión penetrante, la actitud ante el amor, la selectividad, lo imaginado,los papeles creados.
Cuanto más fantásticamente jugamos, más real se hace el amor. Y él toca todas las cosas con la magia del significado.Encontrar el significado no lo marchita como a otros. Y así conecta cuando nos sucede con su análisis, sintetizando, creando, intercambiando, dando. Escribe sus conferencias en el tren.En la habitación del hotel escribió notas sobre "Vida y representación".Nos disfrazamos para eso, él con mi quimono de terciopelo, yo con su sombrero y el cigarro puro (el sombreo lo vimos una noche en Broadway, un sombrero de Huckleberry Finn, y en seguida lo compramos), para que él pudiera penetrar en los sentimientos y la psicología femenina. Me senté a la máquina a escribir y anoté mis propias ideas en la cinta roja.

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